CONSEJO NÚMERO 1: VISIBILIDAD

Nadie quiere atropellar a nadie. Correrás mayor riesgo cuanto menos te vean. Por tanto, hazte bien visible, ponte delante de los coches en los semáforos si es posible, y procura que te vean bien. Si te escoras a un lado, tu timidez puede ser el peor enemigo y ponerte en riesgo.

CONSEJO NÚMERO 2: OCUPA EL CENTRO DE TU CARRIL, SÉ VISIBLE

Los laterales de los carriles son zonas de riesgo. Si circulas por ellos, puedes invitar a los vehículos que van detrás a que te adelanten, ocupando tu espacio vital y poniéndote en riesgo. Es mejor no darles la sensación visual de que «caben», y para eso, nada mejor que ocupar el centro de tu carril.

CONSEJO NÚMERO 3: RESPETA LOS SEMÁFOROS Y A LOS PEATONES

Si queremos que todos los vehículos nos respeten, los ciclistas debemos dar ejemplo con nuestra actitud, no saltándonos los semáforos y respetando sobre todo a los peatones, que representan el eslabón más débil de la cadena «vial». Ganemos su apoyo, no agrediéndolos, para tener autoridad moral cuando pedimos que los coches no nos agredan a nosotros. Y respetemos las normas, para pedir que los demás también las respeten.

CONSEJO NÚMERO 4: ATENCIÓN A TU DERECHA

El mayor riesgo en nuestra circulación suele venir por el lado derecho. Puertas de coches estacionados que se abren de improviso, bocacalles de las que emergen coches que no nos han visto, adelantamientos de motos u otros vehículos. Siempre hay que ir muy atentos para anticiparse a lo que pueda ocurrir.

CONSEJO NÚMERO 5: SEÑALIZA Y CÁMBIATE DE CARRIL CON SUFICIENTE ANTELACIÓN

Si hay un obstáculo, no esperes hasta el último momento. Señaliza el giro, ocupa tu espacio y sigue adelante. Sin miedo.

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